Si aún no lo habéis probado, os invito a un trabajo de conciencia para estos días, montar este año vuestro árbol de navidad de forma simbólica, realizando este ejercicio.
Podéis hacerlo en papel si no tenéis espacio en casa, o bien pegado en la nevera con imanes, o el con uno que teníais olvidado en el trastero... dejaos llevar por la imaginación.
Es un gran ejercicio para que lo hagan los niños también, mientras vosotros observáis cómo lo plantean, lo llevan a cabo, qué hacen con él. Podéis guiarles contando las historias de cada familia o ancestro, añadiendo así el toque terapéutico a este ritual.
Montad el árbol con plena consciencia de cada rama, de cada pequeño detalle e historia, que será cada familia dentro del clan.
Adornad el árbol con vuestros mejores descubrimientos, colocad en él a todos los familiares que estaban perdidos, a los que habéis reencontrado, a cada uno con su propia historia.
Que todos tengan su lugar especial y, con este reconocimiento, que os acompañen durante estos días en que se celebra la Navidad, tal y como tú la entiendas.
Así, ya nunca más te sentirás solo, pues tu familia estará siempre contigo... ¿acaso no sabías que todos ellos viven dentro de ti? Sí, pero nuestro inconsciente necesita acciones en el mundo real, no le basta con los pensamientos. ¡Déjate llevar y construye tu árbol!
¡Y recuerda colocar arriba el símbolo más especial para tí, ese será tu lugar perfecto!
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