Como muchos ya sabéis, mi perra Nisu interviene muchas veces en las sesiones de skype... "ella sabe" lo que estamos observando... y nos lo muestra de forma muy evidente en el momento perfecto, subiéndose encima de mi y colocándose delante de la pantalla, aullando, ladrando, en fin...aquí os la presento en una fotografía muy especial... se ganó la corona de colaboradora incondicional.
Lo confieso, desde el año 1995 no he dejado de tener perros. Llegaron en un momento muy especial y difícil, durante un gran duelo personal. Yo nunca tuve perros porque en la casa familiar no eran bienvenidos... y por una razón muy comprensible: yo enfermé muy gravemente de hidatidosis, es decir, un quiste hidatídico hepático, que se transmite a humanos a través de los perros.
Es una enfermedad poco común, salvo en las zonas rurales donde hay ganado. No era un caso muy claro, así que se pusieron en lo peor y me desahuciaron en varios hospitales, yo tenía 10 años. Tras meses de investigaciones, ingresos y perrerías (nunca mejor dicho), por carambola cósmica, me realizaron una prueba con isótopos y descubrieron el quiste, casi más grande que mi propio hígado.
En esta ocasión, fuí yo la mascota....a continuación te lo voy a explicar: al igual que los niños, nuestras mascotas son el elemento más sensible del sistema familiar.
Los clientes que acuden a mi consulta y tienen mascotas enfermas, incluso que han fallecido repentinamente, toman consciencia del papel protector y fundamental de estos seres admirables.
Todos ellos, aunque más los perros y gatos, son mamíferos especialmente sensibilizados y adaptados a la energía y el psiquísmo profundo de los humanos, y tienen la misión de equilibrar a la familia, ya sea ésta de un sólo miembro, o de varios.
Cuando una mascota llega a casa, se establece un vínculo muy especial con uno de los amos, ellos eligen a quien van a acompañar, y dedican su atención diaria al "modelado" es decir, a estudiar minuciosamente el lenguaje no verbal y energético de su amo. Seguro que ya conoces ese sexto sentido que les convierte en radares de tus estados de ánimo.
La razón de ser, el proveedor de comida, cobijo y afectos para una mascota es su amo. Así, las mascotas, a lo largo de su existencia, van a enfermar somatizando los estados emocionales, los conflictos no resueltos y las enfermedades de sus amos.
Este fenómeno se denomina "incorporación emocional". El animal incorpora esa energía inconsciente para permitir que el amo, o bien el sistema permanezca estable. La decisión instintiva es clara: si el amo muere, mi alimento y cobijo están en peligro.
Así es como somatizan los niños también, a través de la "incorporación emocional".
Este verano, realicé una consulta acerca de una perrita que incorporó un conflicto de su amo. Él tenía la certeza, desde su interior, de que ella se sacrificó por él, así que le recomendé tratar esto en una sesión para que transformara su percepción acerca del mundo de las mascotas.
Este caso me inspiró a poner por fin en marcha este programa especialmente diseñado para nuestras mascotas.
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