Ayer publiqué en mi Facebook un post sobre esta estación de limpieza y dejar ir...así es la ENERGÍA DEL OTOÑO.
En este post, os animaba a soltar y dejar ir, pues de nada sirve aferrarse a lo que ya no nos está sirviendo o está dejando de funcionar.
Fuera de la idea romántica del otoño, hoy quiero explicaros el sentido de esta estación, y lo que implica si nos alineamos con los ritmos de la naturaleza.
En la visión energética de la psicosomática clínica, utilizamos la medicina tradicional china, y el sistema de los 5 elementos para realizar diagnósticos y también los tratamientos, aunque no necesitamos las agujas ni las hierbas, sino aplicar la toma de conciencia y la coherencia emocional.
Siempre se ha comentado que el otoño es una época triste y decadente, quizá porque termina el verano y volvemos a la rutina, pero hay algo mucho más profundo.
En otoño rige el elemento METAL, su orientación es OESTE, es decir, la caída del sol, el descenso de la luz, pero también es la temporada de la cosecha, se recoje lo que se sembró en la estación de primavera.
Recuerda que los románticos del siglo XIX se apegaban a los sentimientos del pasado, al amor perdido y al drama. Una de las somatizaciones favoritas de aquella época eran las temáticas de pulmón, como neumonías y tuberculosis, patologías que hoy en día nos hablan de las pérdidas sentimentales.
No casualmente, los órganos metal son el PULMÓN y el INTESTINO GRUESO.
El otoño es la estación del desapego y los duelos. Cuando no hemos realizado un duelo y despedida, en el momento adecuado y con la intensidad necesaria, nuestro pulmón registrará esa memoria, que tarde temprano terminará por salir. El pulmón guarda los duelos bloqueados, incluso a través de generaciones.
El intestino grueso tiene la misión de soltar lo que ya le sirve al organismo, los resíduos sólidos de la digestión y de la asimiliación de nutrientes. Por eso, las patologías de intestino grueso tienen que ver con temáticas de aferramiento a ideas, conflictos, etc. .... es decir, no soltar... no dejar ir.
Los sentimientos asociados al otoño son la tristeza y la melancolía, es decir, que la aflicción es la emoción necesaria para poder realizar el desapego.
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