El Dr. Sellam concluye que algunas de las improntas o impactos más destacados en el árbol transgeneracional son los duelos que no se hicieron en su momento.
El duelo puede haberse quedado bloqueado en la NEGACION: Se ha producido un drama, un fallecimiento injustificado y muy doloroso, así que la persona todavía no se lo puede creer. Ante el dolor, el cerebro puede encontrar soluciones especiales con el único objetivo de proteger la vida y disminuir el sufrimiento del superviviente.
Un duelo puede quedarse bloqueado en la CÓLERA, volviendo a la persona rabiosa, gruñona y malhumorada, con un torrente de energía encapsulada, en guerra contra todo, incluso desde la tierna infancia en ciertos casos. Cuando un padre/madre no se autoriza a hacer el duelo de un ser querido, tampoco autoriza a sus hijos a comenzar a hacerlo y a terminarlo.
Así, los hijos se ven en medio de una FIDELIDAD FAMILIAR INCONSCIENTE, que no les permite avanzar en su camino sin la autorización de sus ascendientes. Se puede llevar por generaciones el duelo bloqueado por un hijo, un hermano, un padre, etc.
El portador de esta memoria queda anclado al programa de duelo bloqueado, en ocasiones no conoce la memoria de esta persona que fue querida, siendo un completo desconocido para él. Aún así, intuye en lo más profundo de su ser que existe una conexión profunda, en algún nivel de la conciencia familiar, un lazo transgeneracional por el cual la energía no está fluyendo.
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