¡Recuperando la cordura!
Una muñeca que se parece realmente a una mujer. Una inspiración para el regreso a lo natural.
Me produce mucha ternura ver a esta muñeca con lunares y cicatrices que puedes ponerle “a demanda”.
Yo misma fuí una niña con cicatrices, en cambio nunca me sentí diferente o acomplejada por ello. Claro está que yo no tenía una Barbie para jugar, yo era más de Nancy, una muñeca grande y con unos vestidos increíblemente reales. Cuando vi una Barbie, me pareció una caricatura, un juguete minúsculo con el que no me identifiqué.
¿No crees que es maravilloso que las futuras generaciones puedan crecer lejos del estrés que produce la comparación extrema con unos estándares que vienen impuestos por una industria que necesitará vender productos y servicios que, en lugar de acercarnos más a nuestra esencia y comodidad, nos alejan cada vez más de lo que significa Ser humano y valorarse a uno mismo por lo que se Es y no por lo que se Aparenta?
¿y tú qué opinas?
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