31 de marzo de 2015

EN ESTA SEMANA DE PASCUA

Aprovechando estos días más relajados, toma conciencia de tus conexiones transgeneracionales y saca un tiempo para hacer estos homenajes, que quizás durante tu día a día no te ves inclinado a realizar.

Además, la Pascua es un tiempo que nos recuerda el sacrificio y la resurrección, la luz de la conciencia, la transmutación y el perdón, así como la misericordia. Estos conceptos, ideales o valores, están inscritos en nuestro inconsciente colectivo, aunque no seamos practicantes ni devotos, quizá nuestros ancestros sí lo fueron.

Como siempre digo, mi opinión es que cada cual ha de permitirse un tiempo para sentir lo que quiere o necesita hacer con sus programas ancestrales.

Muchas personas acuden a consulta pidiendo "que les corten los programas" como si este proceso fuera una cirugía... ahí ni hay amor, ni reconocimiento. Eso sería algo muy alejado de la biología y de la consciencia de unidad.

Yo siempre recomiendo analizar el programa, recibir el impacto emocional que conlleva darse cuenta de él, vivirlo plenamente y exteriorizar las emociones que provoca, para llegar a la comprensión y finalmente a la unidad. Esto sería un buen trabajo de duelo.

(ME PERMITO RECORDAR AQUÍ QUE HACER UN DUELO NO SIGNIFICA ESCUCHAR UNA GRABACIÓN)

El Dr. Salomón Sellam sugiere este bonito ritual y es éste: elige el día que sientas adecuado para consagrar a tu ancestro (puede ser una fecha suya como su nacimiento, fallecimiento, día de su santo, etc). Déjate llevar por tu intuición.

Coloca una foto suya, una esquela, algo que te recuerde a él (que sea fotocopia, no un original). Junto a él, una vela de 24 horas encendida. Al otro lado de la vela, coloca tu propia fotografía. Ambas imágenes han de mirarse.

En este altar, dedica 24 hora a honrar y reconocer a tu antepasado, como tú lo sientas. Durante el día, con plena conciencia, cada vez que pases por ahí vas alejando tu foto de la suya, dejando la vela junto a él.

Al final del día las fotos han de quedar separadas, una en cada extremo de la mesa o mueble donde construiste el altar. Antes de dormir, coloca las fotos mirando hacia ti. Ya no se están mirando mutuamente.

Ve a dormir en plena consciencia de que esa noche, tu inconsciente hará la despedida. Reza, medita... como tú desees. A la mañana siguiente, incinera la foto o la esquela y llévala a un curso de agua, a un río y arroja las cenizas en él.

Espero que os guste, a mí me parece muy coherente y es el que yo elegí hacer con mis antepasados.


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