Una de las mayores resistencias a cumplir objetivos y metas es la tentación de fluir en el tiempo, hablamos del tiempo lineal, es decir de las 24 horas del día.
En mi profesión como mentor-coach he visto en muchas ocasiones que, aunque el cliente desea obtener resultados excelentes, su gestión de tareas sigue siendo la misma de siempre, se resiste a aprender una nueva estrategia porque está convencido de que es muy bueno improvisando, es decir, apagando fuegos.
Este hábito le genera un estado de estrés constante y sus creaciones siempre acabarán siendo incendios que poder apagar. Postergar los asuntos y dejarlos pendientes ocupa un espacio enorme en nuestro inconsciente, consume una enorme cantidad de energía y merma nuestra capacidad de concentración, poniéndole foco a lo urgente, que no a lo importante para tu negocio o meta.
Su plan de acción es observar su rutina diaria y hacerse consciente de la diferencia entre lo IMPORTANTE y lo URGENTE para ordenarlo en una matriz de gestión de tiempo.
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