21 de abril de 2014

EL SINDROME DEL YACIENTE

Yaciente es el término acuñado por el Dr. Salomón Sellam para definir a la persona viva que lleva consigo la memoria ancestral de un fallecimiento injustificable y doloroso, portador de una memoria definida como "fantasma transgeneracional" descubierto y nombrado así por Anne Schzützenberger.

Desde un punto de vista clínico, el Síndrome del Yaciente podría ser incluido en el diccionario de trastornos psicológicos benignos o de comportamiento que involucra a la mayoría de la población que frecuenta las consultas de terapia. Esto es por una simple razón: esta particularidad nos interconecta a la memoria de las personas ya fallecidas en el clan familiar y nuestro árbol está básicamente formado por personas que ya murieron.

Muchas de las dolencias físicas o psicológicas actuales se explican y resuelven cuando el que las sufre construye su árbol familiar o transgeneracional y encuentra de quién es Yaciente.

Ser Yaciente es simplemente haber nacido o haber sido engendrado en la fecha de concepción, nacimiento o de fallecimiento de un antepasado. De ahí la importancia radical de recuperar las fechas de nuestros ancestros. Para ser Yaciente de algún antepasado, es imprescindible haber sido engendrado en fecha posterior al fallecimiento del ancestro.

Ser Yaciente significa traer al presente cierta información de aquel familiar ya fallecido, del cual heredamos un programa. En general, los programas que buscamos en el árbol suelen ser de reparación, al menos, los que interfieren a la salud física o psíquica del consultante. De este modo, podemos reconocer diversos programas de reparación... pero ¿qué es lo que hay que reparar y por qué reparamos?

Reparamos "los dramas familiares" y lo hacemos porque "alguien tiene que hacerlo". En el árbol, cuando un individuo repara la memoria de un miembro del clan, quiere decir que ha sido inconscientemente elegido por su familia para administrar esta información.

En ocasiones, las cargas se reparten entre varios hermanos. A veces es uno sólo quien lleva las mayores cargas, para que el árbol pueda continuar creciendo y dando frutos.

Hay muchas formas de reparar: con la profesión, en las alianzas que realizamos, o en la ausencia de ellas, bien con una enfermedad, o con un trastorno del comportamiento, quizá teniendo hijos que porten esas memorias, o bien no teniéndolos para que esa memoria desaparezca.

Los duelos bloqueados, que se borraron debido al dolor insoportable de aquella experiencia de pérdida, también son objeto de reparación, y los Yacientes suelen expresar este duelo no vivido por la familia, en forma de depresión desde edades muy tempranas, incluso desde la infancia.

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